sábado, 15 de junio de 2013


Mi amiga Carmen creció en el Bronx, y, según ella, uno siempre sabe dónde hay una mujer traicionada porque es la que coloca los altavoces del estéreo en la ventana y pone canciones de La Lupe a todo volumen, para que el barrio se entere de su dolor. La Lupe es la Billie Holiday cubana, la diosa caribeña del despecho.

La palabra «despecho» es muy interesante; no conozco su etimología, pero me imagino que el prefijo «des-» debe de venir de «deshacer» o «destruir», y por eso el despecho se siente no solo cuando te han roto el corazón, sino cuando alguien te ha destruido el pecho hasta el punto de que nunca será capaz de albergar un corazón sano.

Las canciones de La Lupe a menudo cuentan la historia de un hombre traicionero y de una mujer traicionada, pero cubren una amplia gama de trampas y desengaños. Por eso, no importa cuál sea tu situación, siempre encontrarás una canción de La Lupe que ilustre la razón particular de tu despecho. Por ejemplo:

—Él te usó para conseguir sexo.
—Él solo te quería por tu dinero.
—Él te mintió para divertirse.
—Él te mintió para humillarte.
—Él te traicionó para vengarse.
—Él fingió sus sentimientos.
—Él te abandonó para irse con tu mejor amiga. 

—Él te abandonó para irse con tu peor enemiga. 
Y probablemente la peor de todas:
—Él te abandonó sin ninguna razón en particular.
Lo verdaderamente trágico de esta última situación es que, cuando te abandonan sin razón alguna, ni siquiera le puedes echar la culpa a otra mujer; no puedes culpar a nadie más que a ti misma, y siempre te perseguirá una vocecita que te recordará que no importa lo que hagas, siempre te abandonarán. Te abandonarán no por lo que haces o por lo que tienes, sino por lo que eres. Porque eres alguien a quien nadie puede querer. Esa, amigos y amigas, es la forma más devastadora de despecho que existe.


B de Bella - Alberto Ferreras 

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